Probablemente la primera entrada de un blog debiera servir para dar una orientación al posible lector acerca de lo que se va a encontrar. Parece lógico. Pero eso solamente es posible si quien escribe tiene una visión previa de lo que irá exponiendo en el escaparate. No es mi caso.
Pero para que no se asusten los posibles lectores, les informo de que algunas cuestiones sí tengo claras. Veamos: intentaré que este blog sea un espacio ameno, no esconderé mis preferencias, puesto que únicamente hablaré de cuestiones que me interesan, ni intentaré aparentar que mis conocimientos son mayores de lo que realmente son…
Mostraré a menudo el trabajo de los que de verdad saben. Lo enseñaré, tangencial y someramente y, dios me libre, no lo explicaré. Este blog no pretende ser académico, sino mundano. Intentaré plasmar las sensaciones o reflexiones que determinado edificio, autor o hecho me suscitan. Nada demasiado denso. Como en las conversaciones de bar, está permitido, y casi obligado, opinar.
Por último, avanzo que creo que sé qué arquitectura me gusta. La que hay que copiar. Copiar es inevitable y necesario. Ahora, hay que hacerlo bien. Sin complejos; porque si queremos que no se note…se notará.
También compartiremos noticias, curiosidades y algunas cuestiones del día a día de nuestro trabajo.
Bienvenidos.