¿Qué hicimos?
La vivienda del arquitecto.
Las circunstancias mandan. Esta reforma se llevó a cabo para transformar nuestro estudio, que habíamos adquirido en el año 2007, en la vivienda para la familia. Fue enriquecedor e intenso proyectar para nosotros mismos. También fue un trabajo de una exigencia máxima. Cuidamos los detalles, experimentamos con situaciones no habituales y, como resultado, hemos conseguido crear un ambiente donde somos felices.
Fecha/Estado
2010/Finalizado.
Cliente
Particular
Sobre el proyecto
Durante tres años esta fue nuestra oficina de trabajo. Un espacio de 70 m2, prácticamente diáfano y, por tener únicamente dos ventanas, disfrutando poco de la luz natural pese a contar con un total de 17 metros de fachada a la calle.
Cuando llegó el momento de pensar nuestra vivienda teníamos muy claro que aspectos deseábamos mantener y cuales necesitábamos mejorar. Ahora vemos con claridad que esa experiencia prolongada de habitar el local, nos proporcionó datos clave.
Quisimos mantener la sensación de amplitud que daba las vistas largas que se producen en el interior de un espacio diáfano. También disfrutamos de una mayor altura libre de la convencional, de la que existe habitualmente en los bloques de pisos. Tener aire sobre la cabeza es bueno.
Mejoramos la distribución y circulaciones, ya que decidimos ubicar el acceso en la mitad de la fachada larga y también ganamos mucho en iluminación natural, disponiendo grandes ventanales.
La privacidad, que era una cuestión fundamental por tratarse de una vivienda en planta baja, se potenció con una interesante estrategia: la cota interior de la casa se eleva 30 cm respecto a la cota exterior, también se sitúa el arranque de los ventanales interiores a una altura mayor de la habitual; de este modo los viandantes no se perciben desde el interior de la vivienda ni tampoco se produce la visión directa exterior-interior.
Se aprovecha esta sobreelevación para organizar las instalaciones y disponer una confortable calefacción de suelo radiante. Un sistema de aire acondicionado por conductos completa las instalaciones destinadas a mejorar las condiciones de climatización.
Se intenta conseguir un espacio lo más diáfano posible con la disposición de puertas correderas que, durante el día, permanecen siempre abiertas. Generamos un vestíbulo previo de acceso además de una generosa dotación de armarios.
La cocina se relaciona con el resto de la vivienda a través de un gran vidrio fijo, quedando integrado este espacio visualmente con las demás estancias y potenciando la sensación de amplitud y luminosidad.
Los materiales fueron elegidos con mimo. Un gres porcelánico de gran formato para el suelo nos pareció lo más funcional. El uso de revestimientos de tablero de OSB aporta carácter, calidez y protección frente a los golpes y roces producidos por los muebles que se apoyan en los paramentos y por los dos habitantes más pequeños de la vivienda.