Vivienda en Becilla de Valderaduey

Antes de iniciar la obra de la vivienda, se reorganizó el entorno urbano; Nos ajustamos a la alineación, lo que implicó una ligera modificación de los frentes de parcela y se adecuaron las rasantes. Como resultado de unos trabajos realizados no mucho tiempo atrás, la vivienda originaria y un tramo de acera se habían quedado a una cota muy inferior de la que presentaba la nueva calzada. Se solucionó este problema.

La situación de la parcela, en esquina, y la orientación de la misma, con su frente principal a norte, derivaron en que se plantease un patio abierto a fachada como idea raíz del proyecto.

Este patio proporciona una luz natural más variada y de mayor calidad, situación ésta enriquecida por la disposición de dos pequeños patios que nacen en planta primera y llevan luz y ventilación natural hasta el último rincón de la vivienda.

El patio central divide al edificio, aparentemente, en dos cuerpos. Uno de ellos resuelve la esquina entre las dos calles y se ha construido con una gramática más contemporánea y el otro, que se adosa en la fachada principal a una edificación de baja calidad, utiliza un lenguaje más convencional.

¿Qué hicimos?

En un pueblo perteneciente a la llamada Tierra de Campos, demolimos una casa en mal estado de conservación, y construimos una vivienda unifamiliar organizada en torno a un patio, con planta baja, primera y solárium. Prestamos mucha atención a los condicionantes del entorno y a las necesidades de sus futuros usuarios.

Fecha/Estado

2011/Obra finalizada. 

Cliente

Particular

Sobre el proyecto

Este trabajo es, sin duda, uno de los más gratificantes que hemos realizado. Tenemos la sensación de haber satisfecho, tanto personal como profesionalmente, las necesidades y expectativas del cliente y las nuestras propias.

Podemos considerar este trabajo como buen ejemplo de nuestro método: Análisis del lugar (de la parcela concreta sobre la que actuar, de los condicionantes geofísicos, el entorno inmediato, las tradiciones de la zona, los referentes constructivos, etc.), y conocimiento del cliente y sus necesidades.

Esta cuestión nos llevó a establecer en su momento una relación intensa con la propiedad. Nos encontramos una familia inteligente y cariñosa, con preparación, inquietudes y, lo que es más importante, dispuestos a participar e implicarse en un proceso intenso como es la construcción de una vivienda propia.

No se partió de ninguna idea o imagen preconcebida. Se plantearon varias alternativas, con distintas maquetas de trabajo y diferentes versiones del programa de necesidades, así todas las decisiones fueron surgiendo con naturalidad y consenso.

Durante la obra esta dinámica de confianza se mantuvo, incluso con la aparición de otros agentes. Ese fue el caso de David García, un aparejador de Ávila que se implicó generosamente, también “Construcciones San José” la empresa que participó con honestidad en la edificación.

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